Las cosas se han complicado mucho para los bebés actuales, que deben competir contra la tecnología, el confort y la autonomía de los mayores. Básicamente, porque hoy los bebés están solos. Ya no duermen con sus padres o sus hermanos, la mayoría de las veces ni siquiera hay hermanos. Pasan muchísimas horas con personas extrañas o bien en guarderías, donde hay pocos adultos para hacerse cargo de muchos bebés, con lo cual, la mejor opción es adaptarse. La adaptación consiste en esperar a ser atendido sin pretender que haya un vínculo amoroso, considerando que estar en situación de haber sido atendido según parámetros suficientemente saludables lo convierte en un bebé cuidado y con bastante suerte.
Un bebé moderno cumple jornadas laborales similares a las jornadas de los adultos. Tiene que adaptarse a ritmos institucionales para comer, dormir y jugar. También pasa muchas horas lejos de cualquier cuerpo humano, generalmente ubicado en sillas con respaldos aerodinámicos. Silla con cinturón de seguridad para el auto, silla para comer, silla para ser trasladado y silla reclinable para dormir.
Recordar las propias percepciones de nuestra infancia nos permitirá acercarnos al conocimiento intuitivo de los bebés; saber que ellos saben es imprescindible para intentarlo.
El “idioma bebé” es uno de los más hablados en el planeta, sin embargo, casi ningún adulto se toma la molestia de aprenderlo.
Laura Gutman
Extraído de su libro La familia ilustrada
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